domingo, 8 de marzo de 2009

MENSAJE AL HOMBRE


Queridos terrestres hablemos un poco del tema extraterrestre que tanto os viene preocupando, dándoos miedo y rechazo; sobre todo porque éste, ha sido manipulado por todos los gobiernos del Mundo, para que no conocierais la verdad que os hace libres, y así ser sometidos a su tiranía de terror.


Un estudio profundo de la temática extraterrestre en su vertiente mesiánica, así como en el aspecto del contactismo, lleva a formular conceptualmente, las siguientes conclusiones: El hombre no es el centro de la vida ni el patrón de la existencia, ciento cincuenta billones de Universos contienen poliedricamente, otras tanta concepciones del “ser” en sus efectos, físicos, psíquicos y espiritual.


La formación de la Tierra es el resultado lógico de la expansión y del sístole-diástole universal y la raza que ella habita ha sido engendrada, tutelada e instruida por seres extraterrestres, que aportaron la genética y dotaron al “Hombre animal” de inteligencia, haciéndole a su imagen y semejanza.


El fundamento básico existencial, emana de la Idea Creadora que reside en el Sol. Cada Sol instruye una genética propia y característica. El Espíritu Santo o principio de las cosas, está impreso en el átomo sublimado del hidrogeno; su escisión y manipulación indiscriminadamente por parte del hombre, puede comportarnos a la autodestrucción total y el aniquilamiento de las fuerzas cohesivas que mantienen las estructuras materiales y psíquicas de la vida, en toda sus manifestaciones.


La Biblia con su carga doctrinal, no es otra cosa que el primer tratado científico de esta intervención extraterrestre hacia el hombre, que dotó a la revelación misma de la idea mística religiosa, para lograr el mínimo estimulo ascensional al plano lógico, científico y conceptual, donde se debería estar ahora si las ataduras dogmáticas no hubieran sujetado nuestro deseo de progresar hacia una concepción más lógica y liberadora.


La reencarnación es una constante en el Universo y en el hombre, como las otras criaturas, deben de ascender a través de su “retorno” y de sus experiencias, al plano contemplativo de donde procedemos y al que volveremos antes o después.


Así pues no hay porque tener miedo de estos seres que han hecho todo lo posible por elevaros a las áreas celestes de evolución. Y que siguen entre vosotros para cumplir este fin deseado.


El Mensajero y Precursor de Jesús

J.C.


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