viernes, 5 de marzo de 2010

El TIEMPO YA HA LLEGADO


¡Humanidad Donde Vas!


Días malos para esta humanidad. !Si Terrestres! hemos entrado ya en la recta final de los “Grandes Acontecimientos Apocalípticos” que tendréis que soportar y padecer por vuestra desobediencia a las Leyes Divinas. Al no cumplir sus “LEYES”,queriendo simular vuestra ignorancia creéis haber conseguido burlar su sentencia firme. Con dicha actitud manifiesta e inepta pretendéis demostrar vuestra incapacidad de no saber discernir excusándoos una vez más en decir: ¡Señor no lo sabía! Obrando así no lograréis escapar al castigo. Ni podréis evadiros de los desastres que están en camino


Creyendo, y confiando que no puede haber castigo de quien os ha creado ¡error! Os equivocáis pensando así. Puesto que Dios ha dicho: Yo me arrepiento de haber creado al hombre Yo lo destruiré, destruiré todo cuanto él, se sirve, animales, plantas …..


Con vuestra arrogancia y prepotencia, habéis desencadenado Su Santa Ira rechazando todo consejo y amonestación provinente de Su Santa Milicia, que podían salvaros de este trágico final en que os encontráis, si hubierais reaccionado a tiempo tomando medidas responsables, sensatas e inteligentes.

A pesar nuestro, os habéis hecho los sordos y mudos ante la evidencia palpable de los errores graves cometidos produciendo estos cantidad de señales terrestres y celestes que os advertían que de seguir así, ibais a un destino Apocalíptico anunciado por Cristo.


Las perlas del conocimiento os han sido dadas y las habéis arrojado a la gran piara, cumpliéndose así, una de la parábolas del Maestro Jesús, atrayendo y potenciando vuestros males y acelerando su Justicia.

Yo: el Ángel del Apocalipsis o de la Muerte, así os lo hago saber, puesto que mi misión es aquella de hacer cumplir su Santa Voluntad, que no es otra cosa que la de llevar acabo la acción de castigo y extermino de la humanidad en este Juicio Universal que ha decretado el Padre, contra esta generación adúltera, malvada y perversa. Aplicando su Ley, infalible de La Ley de Causa y Efecto”


¡Recibís aquello que dais!, recogiendo el fruto amargo que habéis plantado con tanta premura y esmero al borde del precipicio y su caída al abismo es eminente llevándose consigo vuestra perdición, desesperación, desolación y crujir de dientes por todo cuanto tendréis que ver y sufrir. Por no haber puesto en práctica los valores de enseñanza de quien se ha preocupado y procurado de dároslo con todo su amor “Jesucristo” . Desobedeciendo sus leyes, rechazando y despreciando su valioso reclamo de amor y salvación, mostrándoos arrogantes, desafiantes, incrédulos e indiferentes a su mensaje.


Os habéis afanado por conseguir todo lo contrario a su mandato y deseo, abusando de su nombre y condición. Os habéis ufanado y engreído. Haciendo lo qué ¡No debíais! .


Ha imperado en vosotros: el egoísmo, la maldad y toda clase de perversidades; frente a la sensatez, la cordura, el orden establecido en todo el Cosmos que reina armoniza y guía el buen hacer, de todas las civilizaciones que existen y os permite entre éstas, estar en este planeta llamado Tierra. Madre generosa que ofrece el poder acceder a las enseñanzas necesarias de evolución.

¡Errar es humano, perseverar es diabólico!


Trabajar para el bien es trabajar para Dios, lo que debía ser vuestra principal prioridad.


Os ha faltado el coraje de permitiros el arrepentimiento que le debéis a vuestro Creador y el agradecimiento de vuestra existencia y las muchas prerrogativas que os ha concedido para que pudierais alcanzar la salvación y, conseguir la Vida Eterna. En su lugar, habéis tenido un brutal comportamiento nefasto y ruin que os ha llevado a vuestra propia perdición y autodestrucción, conduciéndoos a vuestra exterminación y al abismo absoluto….


Repito: ¡No podréis decir no lo sabía! ya que desobedeciendo sus Leyes y rechazando sus amorosos reclamos de invitación al arrepentimiento en repetidas y constantes apariciones Marianas, que han ido acompañadas de severas amonestaciones que daban pie a pensar y meditar para poder hacer las cosas bien.

En Innumerables ocasiones se os ha repetido hasta la saciedad dándoos motivos de poder reflexionar y actuar con diversos medios que estaban a vuestro alcance para poder evitar todo los acontecimientos no deseados. Recordándoos una vez más, de poner las cosas en su justo sitio antes de que fuese demasiado tarde; pero vuestro sentido común y del deber ha sido nulo, así como la falta de previsión y la humildad necesaria para reconocer los errores cometidos. Saltándose así, los sanos y prudentes consejos de aquellos que en su día anunció y mandó Cristo quedarse en medio de los hombres, para ser la sal y la levadura de la Tierra .

Dijo el Señor: Ellos son mi palabra y deseo. Hablaran de las cosas del Cielo y de mi. “OS DIRÁN TODA LA VERDAD no dicho antes por falta de entendimiento en el hombre.


Así pues este es el tiempo anunciado por el Señor: que os dirá e indicará que estamos a las puertas de un gran acontecimiento y que nos encontramos al final de una larga espera, precedida de sucesivos y tremendos desastres naturales y humanos, como son: guerras, hambruna y toda clase de perversidades, terremotos devastadores, grandes maremotos con olas gigantes que engullirán y arrasarán todo lo que encuentren a su paso, tornados fuertísimos que envolverán y destruirán pueblos y aldeas enteras, huracanes violentos que lo arrasarán todo, lluvias torrenciales que inundaran muchas tierras en distintos Continentes, deslizamientos de montañas y campos por causa de las fuertes lluvias acaecidas, desbordamiento de los ríos. Los hielos se fundirán y a consecuencia de esto se derretirán los Polos, aumentando así el nivel de las aguas en todo el Planeta. Los mares anegarán muchas partes de las costas y se adentrarán tierra adentro. Por consiguiente Continentes enteros desaparecerán dándose así una fisonomía distinta a la que conocemos. Muchos lugares serán barridos de la faz de la Tierra, los volcanes entrarán en acción oscureciendo la luz del Sol, que finalizará con un gran cambio muy espectacular, dando paso a nuevos cielos y tierras, cumpliéndose así la profecía del Apóstol Juan Evangelista, en el Apocalipsis o Libro de la Revelación.


Las señales ya son evidentes para todos creyentes o no creyentes que intuyen este cambio climático y en especial convencimiento los ferviente devotos de Cristo.


Ahí tenéis la prueba fehaciente de los dos grande terremotos acaecidos en este año 2010. Enero y Febrero, Que han sido muy convincentes para darnos a entender que entramos en una fase determinante de cambios a nivel Cósmico.


En Haití y luego Chile han sido de enormes proporciones devastadoras que invitan a tomárselo en serio, por su intensidad y destrucción. Originándose en este último un demoledor maremoto barriendo las Costas de Chile con sus inmensas olas, siendo peor aún que el propio terremoto.

Debiéndose todo ello a una desviación acusada del Eje Magnético de de la Tierra que se ha desplazado varios grados de su origen, cambiando el curso de ruta, tiempo y hora “acortándolos”. Es decir que entramos en una fase de verdaderos cambios espectaculares y significativos. Avalando así, lo ha anunciado en el Apocalipsis. Donde dice: “Habrá Nuevos Cielos y Tierra”


Estos episodios de fuerzas devastadoras: irán aumentado en intensidad y frecuencia dando paso a la preanunciada venida del Señor. Evento que ya está en marcha, que dará como resultado su pronta manifestación.


JACOBO EL JUSTICIERO